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O CASTENDO

TERRAS DE PENALVA ONDE «A LIBERDADE É A COMPREENSÃO DA NECESSIDADE»

O CASTENDO

TERRAS DE PENALVA ONDE «A LIBERDADE É A COMPREENSÃO DA NECESSIDADE»

Paco Ibañez canta Francisco de Quevedo: Poderoso Caval(h)eiro é D. Dinheiro

           Letrilla:  Don Dinero
(Poderoso caballero es don Dinero)
 

Francisco de Quevedo (1580-1645) /  Paco Ibañez


  Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero. 
                             

  Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado;
y pues quien le trae al lado               
es hermoso aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Es galán y es como un oro;
tiene quebrado el color,                   
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero                         
es don Dinero.

  Son sus padres principales,
y es de noble descendiente,
porque en las venas de oriente
todas las sangres son reales;              
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Mas ¿a quién no maravilla                
ver en su gloria sin tasa
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla,
y al cobarde hace guerrero,                
poderoso caballero
es don Dinero.

  Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales                 
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.                              

  Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y pues él rompe recatos                   
y ablanda al jüez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,             
que con haberle hecho cuartos,
no pierde su autoridad;
pero, pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero               
es don Dinero.

  Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;                   
y pues hace las bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Más valen en cualquier tierra            
mirad si es harto sagaz,
sus escudos en la paz,
que rodelas en la guerra;
y pues al pobre le entierra
y hace propio al forastero,          
poderoso caballero
es don Dinero.

In Don Dinero, por Francisco de Quevedo

 

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Poderoso Caballero es Don Dinero» de Francisco de Quevedo:   

Para Ver e Ouvir:

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge                                      

                                                                                    

Notícias AQUI, AQUI e AQUI 

                                             

Paco Ibañez canta Federico García Lorca: Si tú vienes a la romería

Si tú vienes a la romería

¡Ay, qué blanca la triste casada!
¡Ay, cómo se queja entre las ramas!
Amapola y clavel será luego cuando,
cuando el macho despliegue su capa.
Si tú vienes a la romería
a pedir que tu vientre se abra,
no te pongas un velo de luto sino,
sino dulce camisa de holanda.

¡Ay, cómo relumbra!
¡Ay, cómo relumbraba!

Vete sola detrás de los muros
donde están las higueras cerradas
y soporta mi cuerpo de tierra hasta,
hasta el blanco gemido del alba.

Si tú vienes a la romería
a pedir que tu vientre se abra,
no te pongas un velo de luto sino,
sino dulce camisa de holanda.

¡Ay, cómo relumbra!
¡Ay, cómo relumbraba!

Federico Garcia Lorca

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Si tú vienes a la romería» de Federico Garcia Lorca:

(Estes dois últimos vídeos têm na segunda parte o poema de Lorca: "Si tú vienes a la romería") 

                                                                       

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge

                                                                           

Joan Manuel Serrat e Patxi Andión cantam: La poesía es un arma cargada de futuro

     Ver nota AQUI. 

La poesía es un arma cargada de futuro

                Poesias (Poesía en español)                     

                                                            

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

                     

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

(...)

Gabriel Celaya 

Para ver e ouvir Paco Ibañez, Joan Manuel Serrat e Patxi Andión a cantar «La poesía es un arma cargada de futuro» de Gabriel Celaya: 

 

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge  

 

Paco Ibañez canta Gabriel Celaya: La poesía es un arma cargada de futuro

     Há diferenças entre as duas versões de Paco Ibañez e entre estas e o texto da poesia. Neste, estão assinaladas as diferenças. A estrofe a verde é a que é repetida no fim das canções (com uma variante de uma versão para a outra...). A vermelho o excerto modificado (a poesia foi escrita em 1956, a primeira versão é de 1969 e a segunda é recente...). A negrito está o texto da segunda versão. Entre parêntesis rectos está a estrofe alterada na segunda versão.

                                                                                                    

La poesía es un arma cargada de futuro

                Poesias (Poesía en español)                     

                                                            

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

                     

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

                              

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

                                         

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

                                   

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. 

                                              

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

                                                  

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
 

                                                                

[Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, llenándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de los que toman partido, partido hasta forrarse.]

                         

Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

                                                 

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

                                                     

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

                                                   

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

                                

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Gabriel Celaya  

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «La poesía es un arma cargada de futuro» de Gabriel Celaya clicar AQUI (Olympia, 1969) e AQUI (Recente)

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge                                      

                                                                       

Paco Ibañez canta Rafael Alberti: Balada del que nunca fue a Granada

Balada del que nunca fue a Granada
                (Rafael Alberti)

 

¡Qué lejos por mares, campos y montañas!
Ya otros soles miran mi cabeza cana.
Nunca fui a Granada.
Mi cabeza cana, los años perdidos.
Quiero hallar los viejos, borrados caminos.

Nunca vi Granada.

Dadle un ramo verde de luz a mi mano.
Una rienda corta y galope largo.
Nunca entré en Granada.

¿Qué gente enemiga puebla sus adarves?

¿Quién los claros ecos libres de sus aires?
Nunca fui a Granada.

¿Quién hoy sus jardines aprisiona y pone
cadenas al habla de sus surtidores?
Nunca vi Granada.

Venid los que nunca fuisteis a Granada.

Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano.
Sangre por los mirtos y aguas de los patios.

Nunca fui a Granada.

Del mejor amigo, por los arrayanes.
Sangre por el Darro, por el Genil sangre.
Nunca vi Granada.

Si altas son las torres, el valor es alto.
Venid por montañas, por mares y campos.

Entraré en Granada.

¡Qué lejos por mares, campos y montañas!
Ya otros soles miran mi cabeza cana.
Nunca fui a Granada.
Mi cabeza cana, los años perdidos.
Quiero hallar los viejos, borrados caminos.

Nunca vi Granada.

Dadle un ramo verde de luz a mi mano.
Una rienda corta y galope largo.
Nunca entré en Granada.

¿Qué gente enemiga puebla sus adarves?

¿Quién los claros ecos libres de sus aires?
Nunca fui a Granada.

¿Quién hoy sus jardines aprisiona y pone
cadenas al habla de sus surtidores?
Nunca vi Granada.

Venid los que nunca fuisteis a Granada.

Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano.
Sangre por los mirtos y aguas de los patios.

Nunca fui a Granada.

Del mejor amigo, por los arrayanes.
Sangre por el Darro, por el Genil sangre.
Nunca vi Granada.

Si altas son las torres, el valor es alto.
Venid por montañas, por mares y campos.

Entraré en Granada.
¡Qué lejos por mares, campos y montañas!
Ya otros soles miran mi cabeza cana.
Nunca fui a Granada.
Mi cabeza cana, los años perdidos.
Quiero hallar los viejos, borrados caminos.

Nunca vi Granada.

Dadle un ramo verde de luz a mi mano.
Una rienda corta y galope largo.
Nunca entré en Granada.

¿Qué gente enemiga puebla sus adarves?

¿Quién los claros ecos libres de sus aires?
Nunca fui a Granada.

¿Quién hoy sus jardines aprisiona y pone
cadenas al habla de sus surtidores?
Nunca vi Granada.

Venid los que nunca fuisteis a Granada.

Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano.
Sangre por los mirtos y aguas de los patios.

Nunca fui a Granada.

Del mejor amigo, por los arrayanes.
Sangre por el Darro, por el Genil sangre.
Nunca vi Granada.

Si altas son las torres, el valor es alto.
Venid por montañas, por mares y campos.

Entraré en Granada.

In CVC. Rafael Alberti. Antología. Paisajes. Granada

(Tomado de «Balada del que nunca fue a Granada», en Cuatro retornos y dos baladas, incluido en ¡Aire, que me lleva el aire!, selección de Felicidad Orquín. Barcelona: Labor, 1979, págs. 104-105.)

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Balada del que nunca fue a Granada» de Rafael Alberti clicar AQUI e AQUI

Para Ouvir:

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge                                      

                                                                        

Paco Ibañez canta José Ángel Valente: Nana de la mora

Nana de la mora

Que no venga la mora
con dientes verdes.
Toda la noche
ligero duerme.
   
Duerme ligero,
que si la mora viene,
en el sueño escondido
no podrá verte.
   
La mora grande,
con dientes verdes,
no llames a este niño
ni lo despiertes.

José Ángel Valente

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Nana de la mora» de José Ángel Valente clicar AQUI e AQUI (ouvir)

                                                                                                   

Que no venga la mora con dientes verdes...

O Filme:

Capitán Vidal: Doctor, ¡usted debió obedecerme!
Doctor Ferreiro: Pero capitán, obedecer por obedecer, es algo que solo hacen las personas como usted
 

La mora grande, con dientes verdes...

Para Ver e Ouvir:

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge                                      

                                                                       

Paco Ibañez canta Rafael Alberti: Nocturno

 

Nocturno

Rafael Alberti, Madrid, 1937

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven: son palabras.

 

Balas. Balas.
 
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
 
Balas. Balas.
 
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
 
Balas. Balas.
 
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.

In Rafael Alberti: Nocturno


Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Nocturno» de Rafael Alberti clicar AQUI e AQUI 

                                             

   

Ver fotografias:


adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge                                      

                                                                           

Paco Ibañez canta Luis Cernuda: Un español habla de su tierra

Un español habla de su tierra 

               (Luis Cernuda)

 

Las playas, parameras

Al rubio sol durmiendo,

Los oteros, las vegas

En paz, a solas, lejos;

 

Los castillos, ermitas,

Cortijos y conventos,

La vida con la historia,

Tan dulces al recuerdo,

 

Ellos, los vencedores

Caínes sempiternos,

De todo me arrancaron.

Me dejan el destierro.

 

Una mano divina

Tu tierra alzó en mi cuerpo

Y allí la voz dispuso

Que hablase tu silencio.

 

Contigo solo estaba,

En ti sola creyendo;

Pensar tu nombre ahora

Envenena mis sueños.

 

Amargos son los días

De la vida, viviendo

Sólo una larga espera

A fuerza de recuerdos.

 

Un día, tú ya libre

De la mentira de ellos,

Me buscarás. Entonces

¿Qué ha de decir un muerto?
 
Las nubes (1940)

In Centenario de Luis Cernuda. Biblioteca del IES Carmen Laffón

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Un español habla de su tierra» de Luis Cernuda:               

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge

                                                                    

Paco Ibañez

     (...) Paco Ibáñez [es] uno de los cantautores que más ha hecho por la poesía de nuestro país, al musicar y cantar obras de poetas españoles de diversas etapas históricas: desde Quevedo hasta Alberti, de Jorge Manrique a Gabriel Celaya, pasando por la poesía de Miguel Hernández. Tras exiliarse en Francia en los años 60, donde se da a conocer y donde comienza su carrera artística, no ha dejado de interpretar a sus poetas favoritos hasta la actualidad, siendo reconocido como uno de los máximos exponentes de la canción protesta. A finales de abril organizó el evento "Nos queda la palabra", un espacio de encuentro para reivindicar el uso y el valor de palabra, organizándose mesas redondas y charlas en las universidades de Madrid, Barcelona, Toulose y Sevilla, que concluyeron con un concierto transmitido a todo el mundo que dio en el teatro del Liceo de Barcelona. En la Universidad de Sevilla se organizó una mesa redonda con el título "Andaluces de Jaén. La música y la palabra" en la que hablaron sobre la figura del cantautor. En este reportaje participan Serge Salaün, Catedrático de Literatura Española de la Universidad Sorbona -París IV-, Rafael de Cózar, Profesor de Literarura de la Universidad de Sevilla y Miguel Ángel Cuevas, Profesor de Literatura Italiana de la Universidad de Sevilla.

 

José Agustín Goytisolo escribió para los programas de mano:

"Llegó Paco a mi casa, así, directo, con su cara de perro bueno y tímido, con su enorme jersey negro, sus cabellos y su barba de tres o cuatro días. Entró, se sentó, bebió despacio y al fin comenzó a explicar que le gustaba poner música y cantar ciertos poemas de algunos poetas.

"Al poco de charlar ya estaba cantando poemas de Quevedo, de Jorge Manrique, de Góngora. Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva y para mí desconocida a la letra de aquellos poemas. Siguió con Lorca, pasó al Arcipreste de Hita, a Alberti y a León Felipe, y sin avisar, cantó dos poemas míos.

"No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asusté. Me parecían poemas de otra persona, escritos como para ser cantados, o hechos cantando. Sus canciones, no los poemas, eran algo nuevo, hermoso, sorprendente; pero también con sabor añejo, entre medieval y renacentista, y en todo caso, trovadoresco."

In El cantante Paco Ibáñez recuerda a José Agustín Goytisolo y los poemas que musicalizó para él: "Eramos uno"

    "Tú tienes que cantar mis poemas, tu voz está hecha para cantar mi poesía..." (Pablo Neruda, 1970)

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge

                                                                  

Anónimo / Paco Ibañez: Romance del pastor desesperado

Clicar na imagem para visualizar a ligação

                                                                                     

Romance Del Pastor Desesperado
 
Por aquel lirón arriba
lindo pastor va llorando;
del agua de los sus ojos
el gabán lleva mojado.
—Buscaréis, ovejas mías,
pastor más aventurado,
que os lleve a la fuente fría
y os caree con su cayado.

¡Adiós, adiós, compañeros,
las alegrías de antaño!,
si me muero deste mal,
no me enterréis en sagrado;
no quiero paz de la muerte,
pues nunca fui bien amado;
enterréisme en prado verde,
donde paste mi ganado,
con una piedra que diga:
«aquí murió un desdichado;
murió del mal del amor,
que es un mal desesperado».

Ya le entierran al pastor
en medio del verde prado,
al son de un triste cencerro,
que no hay allí campanario.
Tres serranitas le lloran
al pie del monte serrano;
una decía: «¡Ay mi primo!»
otra decía: «¡Ay mi hermano!»
la más chiquita dellas:
«Adiós, lindo enamorado,
mal te quise por mi mal,
siempre viviré penando».

Para ver e ouvir Paco Ibañez a cantar «Romance del pastor desesperado» clicar AQUI e AQUI

                                                                       

adaptado de um e-mail enviado pelo Jorge

                                                                           

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