Por mi mala cabeza - Por mi mala cabeza yo me puse a escribir. Otro, por mucho menos, se hace Guardia Civil. - Por mi mala cabeza creí en la libertad. Otro respira incienso las fiestas de guardar. - Por mi mala cabeza contra el muro topé. Otro levantó el muro con los cuernos, tal vez. - Por mi mala cabeza sólo digo verdad. Por mi mala cabeza me descabezarán.
«Fue alrededor de 1968. El poeta había publicado ya 5 de sus 21 libros de poemas -de El retorno (1955) a Las horas quemadas (1996)- cuando el músico [Paco Ibañez] se presentó en su casa con una guitarra para cantarle algunos de sus versos: "No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asusté. Me parecían poemas de otra persona, escritos como para ser cantados o hechos cantando".
"A veces la verdadera intención de un poema aparece cuando sólo cuando lo cantas", cuenta Paco Ibáñez. "Lo que hay que hacer es encontrarle la música".
Que los poemas de José Agustín Goytisolo hayan pasado por la voz de Joan Manuel Serrat, Rosa León, Kiko Veneno, Los Suaves, Muchachito o Peret demuestra la naturalidad de sus versos y el acierto primero de Paco Ibáñez, que empezó con 'Me lo decía mi abuelito' y 'El lobito bueno' y cuya versión de 'Palabras para Julia' se ha convertido en un icono de la cultura española reciente. De hecho, en 1994, el poeta y el cantante iniciaron juntos la gira La voz y la palabra, que se convertiría en disco tres años después. "Improvisábamos mucho", recuerda Ibáñez. "José Agustín tenía mucha chispa y mucho sentido del ritmo del espectáculo. Sabía interpretar el humor del público. En el fondo funcionábamos como músicos callejeros".
(...)
Nacido en 1928, Goytisolo fue un niño de la guerra al que marcó la muerte de su madre en marzo de 1938 durante un bombardeo sobre Barcelona de la aviación italiana a las órdenes de Franco. Esa muerte protagoniza, además, su primer poemario, El retorno. Con aquel libro marcadamente elegiaco se daba a conocer uno de los poetas fundamentales de una generación entre cuyos miembros figuran, además de sus amigos barceloneses, poetas como José Manuel Caballero Bonald, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Ángel González o Francisco Brines. Con el tiempo, a las antologías canónicas del grupo se añadirían nombres como Antonio Gamoneda y María Victoria Atencia.»
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmando, como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Há diferenças entre as duas versões de Paco Ibañez e entre estas e o texto da poesia. Neste, estão assinaladas as diferenças. A estrofe a verde é a que é repetida no fim das canções (com uma variante de uma versão para a outra...). A vermelho o excerto modificado (a poesia foi escrita em 1956, a primeira versão é de 1969 e a segunda é recente...). A negrito está o texto da segunda versão. Entre parêntesis rectos está a estrofe alterada na segunda versão.
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmando, como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
[Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, llenándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de los que toman partido, partido hasta forrarse.]
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
(...) Paco Ibáñez [es] uno de los cantautores que más ha hecho por la poesía de nuestro país, al musicar y cantar obras de poetas españoles de diversas etapas históricas: desde Quevedo hasta Alberti, de Jorge Manrique a Gabriel Celaya, pasando por la poesía de Miguel Hernández. Tras exiliarse en Francia en los años 60, donde se da a conocer y donde comienza su carrera artística, no ha dejado de interpretar a sus poetas favoritos hasta la actualidad, siendo reconocido como uno de los máximos exponentes de la canción protesta. A finales de abril organizó el evento "Nos queda la palabra", un espacio de encuentro para reivindicar el uso y el valor de palabra, organizándose mesas redondas y charlas en las universidades de Madrid, Barcelona, Toulose y Sevilla, que concluyeron con un concierto transmitido a todo el mundo que dio en el teatro del Liceo de Barcelona. En la Universidad de Sevilla se organizó una mesa redonda con el título "Andaluces de Jaén. La música y la palabra" en la que hablaron sobre la figura del cantautor. En este reportaje participan Serge Salaün, Catedrático de Literatura Española de la Universidad Sorbona -París IV-, Rafael de Cózar, Profesor de Literarura de la Universidad de Sevilla y Miguel Ángel Cuevas, Profesor de Literatura Italiana de la Universidad de Sevilla.
"Llegó Paco a mi casa, así, directo, con su cara de perro bueno y tímido, con su enorme jersey negro, sus cabellos y su barba de tres o cuatro días. Entró, se sentó, bebió despacio y al fin comenzó a explicar que le gustaba poner música y cantar ciertos poemas de algunos poetas.
"Al poco de charlar ya estaba cantando poemas de Quevedo, de Jorge Manrique, de Góngora. Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva y para mí desconocida a la letra de aquellos poemas. Siguió con Lorca, pasó al Arcipreste de Hita, a Alberti y a León Felipe, y sin avisar, cantó dos poemas míos.
"No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asusté. Me parecían poemas de otra persona, escritos como para ser cantados, o hechos cantando. Sus canciones, no los poemas, eran algo nuevo, hermoso, sorprendente; pero también con sabor añejo, entre medieval y renacentista, y en todo caso, trovadoresco."