O telescópio Hale, também chamado do Monte Palomar, local onde está instalado, a 80 km de Los Angeles, nos EUA, nasceu de uma ideia do astrofísico George Ellery Hale, que ambicionava poder dispor de um aparelho «enorme», duas ou três vezes maior do que o Hooker, do observatório do Monte Wilson, embora à época – anos 30 o século XX – nem sequer houvesse a certeza de que tal fosse possível.
Hale empenhou-se na angariação de fundos e conseguiu que a fundação Rockefeller disponibilizasse seis milhões de dólares para o projecto.
Foram precisos quatro anos (de 1931 a 1935) para produzir um espelho reflector de cinco metros, que uma vez concluído levou oito meses a arrefecer. Só então pôde começar a ser polido.
Treze anos depois do início da obra, o enorme espelho foi transportado através de uma estrada construída especialmente para o efeito e montado no local do observatório.
O famoso reflector permitia distinguir uma vela acesa a uma distância de 30 000 Km e fotografá-la a 50 000 Km.
Hale não chegou a ver a concretização do seu sonho.
Este telescópio foi o maior do mundo até à construção do BTA-6 russo em 1976, e o segundo maior até à construção do Keck 1/EUA em 1993.
No Panama Papers, a informação surge filtrada por um consórcio internacional de jornalistas de investigação, cerca de 200, oriundos de 65 países. O "Centre for Public Integrity" (CPI) é uma organização que tem como principais doadores a Fundação Ford, a Fundação Carnegie, o Fundo da Família Rockefeller, a Fundação W. K. Kellog e a Fundação Open Society, propriedade do sinistro George Soros. E lá se foi a independência. Só isto deveria fazer soar campainhas de alarme em relação ao objecto da divulgação e ao ser real objectivo. As matérias parecem estar a ser tratadas com mãos de fada pelos benfeitores da CPI.
«Los amigos de Adolf Hitler tienen mala memoria, pero la aventura nazi no hubiera sido posible sin la ayuda que de ellos recibió.
Como sus colegas Mussoliniy Franco, Hitler contó con el temprano beneplácito de la Iglesia Católica.
Hugo Boss vistió su ejército.
Bertelsmann publicó las obras que instruyeron a sus oficiales.Sus aviones volaban gracias al combustible de la Standard Oil[hoy Exxon y Chevron] sus soldados viajaban en camiones y jeeps marca Ford.
Henry Ford, autor de esos vehículos y del libro El judío internacional, fue su musa inspiradora. Hitler se lo agradeció condecorándolo.
También condecoró al presidente de la IBM, la empresa que hizo posible la identificación de los judíos.
La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi.
Joe Kennedy, padre del presidente, era embajador de los Estados Unidos en Londres, pero más parecía embajador de Alemania. Y Prescott Bush, padre y abuelo de presidentes, fue colaborador de Fritz Thyssen, quien puso su fortuna al servicio de Hitler.
El Deutsche Bank financió la construcción del campo de concentración de Auschwitz.
El consorcio IGFarben, el gigante de la industria química alemana, que después pasó a llamarse Bayer, Basf o Hoechst, usaba como conejillos de Indias a los prisioneros de los campos, y además los usaba de mano de obra. Estos obreros esclavos producían de todo, incluyendo el gas que iba a matarlos.
Los prisioneros trabajaban también para otras empresas, como Krupp,Thyssen,Siemens,Varta,Bosch,Daimler Benz,Volkswagen y BMW, que eran la base económica de los delirios nazis.
Los bancos suizos ganaron dinerales comprando a Hitler el oro de sus víctimas: sus alhajas y sus dientes. El oro entraba en Suiza con asombrosa facilidad, mientras la frontera estaba cerrada a cal y canto para los fugitivos de carne y hueso.
Coca-Cola inventó la Fanta para el mercado alemán en plena guerra. En ese período, también Unilever,Westinghouse y General Electric multiplicaron allí sus inversiones y sus ganancias. Cuando la guerra terminó, la empresa ITT recibió una millonaria indemnización porque los bombardeos aliados habían dañado sus fábricas en Alemania.»